Los ginebrinos incrementan en su dieta el pescado gracias al empuje de productores que se empeñan en superar problemas económicos y de variabilidad climática. La crianza de truchas en Ginebra data de al menos 20 años atrás, tiempo que ha servido de experiencia para perfeccionar muchos aspectos de este oficio.
CVC Y PRODUCTORES DE TRUCHA POR UN MANEJO SOSTENIBLE
B-171, Ginebra 18 de junio de 2013
El cultivo de Trucha Arco Iris en el municipio de Ginebra se ha incrementado en los últimos años convirtiéndose en una de las principales fuentes de su economía, teniendo en cuenta la riqueza hídrica en la cuenca del río Guabas.
Por esto, profesionales de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, CVC, hicieron un recorrido por la parte alta de la cuenca específicamente en los predios donde se cultiva la trucha, ubicados en las veredas Las Hermosas y La Cecilia en el corregimiento de Juntas, con el fin de evaluar el estado actual y la ubicación de las explotaciones piscícolas y de esta forma concertar propuestas conjuntas que conlleven a un manejo sostenible de la actividad.
Segundo Abraham Piscal, funcionario de la CVC indicó que “en el recorrido se pudo evidenciar el ingenio de los truchicultores, en cuanto a organización y aprovechamiento de los recursos, pues algunos han adaptado las escasas herramientas y elementos que poseen para aprovechar al máximo las bondades de la naturaleza”.
Después de realizado el recorrido, los profesionales de la corporación ambiental se reunieron con los productores, donde según la Asociación de Cultivadores de Trucha la Cecilia – Astrucel, la región cuenta con 64 productores entre asociados y no asociados, los cuales vienen siendo asesorados por parte de la administración municipal a través de la Umata.
Algunos cultivadores de trucha registrados oficialmente siembran cantidades representativas de alevinos y la mayoría mantiene un riguroso control en su producción, gracias a técnicas de avanzada que les permite incluso tener proceso de incubación, cuartos fríos y empacadoras al vacío.
Sin embargo, en su mayoría los cultivadores son campesinos con pequeñas explotaciones piscícolas, que en años anteriores han sufrido las inclemencias del clima, lo que dificulta el establecimiento de cultivos de pan coger, siendo hoy la piscicultura con la trucha, una alternativa para mejorar su calidad de vida.
Finalmente, por parte de la CVC se realizará un seguimiento continuo a la actividad piscícola en la región con el fin de minimizar los impactos que a nivel ambiental genera la actividad, en concertación con la comunidad y productores, añadió Daniel Antonio Marín, director territorial de la CVC en Buga.
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Redactó: Idaly Herrera Briñez, Comunicadora Social CVC
Revisó: Segundo Abraham Piscal, Álvaro José Botero y Wilson García.